Bendigamos a Dios que nos ha hecho sus hijos y nos ha permitido vivir en esta hermosa tierra tachirense, con sus montañas, llanos y valles.
Bendigamos a Dios por nuestras familias, ricas en fe y laboriosidad, fundamento de nuestra sociedad.
Bendigamos a Dios que nos regala las rosas de El Reposo y la frescura de nuestros páramos
Bendigamos al Señor que todo lo puede y nos ha bendecido con la sencilla y profunda fe de nuestras gentes.
Bendigamos a Dios por el Santo Cristo de La Grita y Nuestra Señora de la Consolación, por los miles de peregrinos que a ellos acuden para reafirmar su fe y su vida cristiana.
Bendigamos a Dios por el calor de las zonas bajas y el sabroso frío de nuestros páramos.
Bendigamos a Dios por la caña panelera, las piñas de Capacho, las fresas de Pueblo Encima y las hortalizas de El Cobre.
Bendigamos al Señor por los ríos que surcan nuestros campos y por los bosques de nuestras montañas.
Bendigamos a Dios por el ganado que crece en los campos de nuestra tierra, por las gallinas y ovejas, por los piscos, las cachamas y truchas de nuestra región.
Bendigamos al Señor que nos ha enriquecido con vocaciones sacerdotales y nos permite tener nuestros seminarios como signo de esperanza.
Bendigamos a Dios por los páramos de El Tamá, El Zumbador y la Negra, por el Uribante y el Caparo, por el Torbes y el Río Bobo que nos da el agua para nuestros quehaceres.
Bendigamos a Dios por la cordialidad de nuestra gente y la alegría de nuestros niños, por la sabiduría de los abuelos y la decisión de nuestros jóvenes.
Bendigamos a Dios por nuestras escuelas y universidades, por las industrias y comercios, por los campos sembrados y por nuestra música sabrosa con sabor a café y pizca andina.
Bendigamos a Dios por el café de Rubio y por las hortalizas de La Grita, por el ingenio de nuestros agricultores y el trabajo incesante de nuestro pueblo.
Bendigamos al Señor por la frontera que nos hermana con Colombia y nos permite construir la paz y la solidaridad.
Bendigamos a Dios por las comunidades de San Antonio y Ureña, por las de Delicias y San Vicente, por las de El PiñaL y Abejales, por las de Colón y San Félix, así como las de todo el Táchira donde construimos el Reino de Salvación.
Bendigamos a Dios por las Minas de Lobatera y los campos de Pregonero, por los paisajes de Queniquea y San José de Bolívar, por Táriba y su santuario y Michelena con sus aldeas.
Bendigamos al Señor por nuestros sacerdotes y religiosas, por los seminaristas y por los laicos que proclaman diariamente tu Palabra de vida y salvación.
Bendigamos a Dios por nuestros jóvenes y niños que crecen como discípulos de Jesús, por las monjas de clausura y los Camaldulenses de Pregonero.
Bendigamos a Dios por los miembros de la Fuerza Armada y de la Policía, los médicos y maestros, el personal de Defensa Civil y los Bomberos, por el servicio que prestan a todos.
Bendigamos al Señor por nuestros hospitales, cárceles y ancianitos, por los que allí trabajan para hacer sentir la solidaridad y la misericordia del amor cristiano.
Bendigamos a Dios por los pastos que alimentan nuestro ganado y por los frutos que produce nuestra tierra.
Bendigamos a Dios por el Chorro del Indio, la Machirí y las lagunas de la Cimarronera donde se yergue el pico El Púlpito.
Bendigamos al Señor por Medarda Piñero, María Israel Baquero, Madre Lucía y el Obispo Tomás Antonio Sanmiguel, cuyos testimonios de santidad nos impulsan también a ser santos.
Bendigamos a Dios por tantos hermanos nuestros tachirenses que han ido a trabajar en tantas partes de Venezuela y se distinguen por su laboriosidad y vida de familia.
Bendigamos a Dios por nuestra Iglesia, peregrina y evangelizadora, enriquecida por el II Sínodo y con sabor a pueblo.
Bendigamos al Señor por nuestras parroquias, sus comunidades eclesiales de base y el empuje de los catequistas y apóstoles laicos.
Bendigamos a Dios por las represas de Uribante y de Caparo y por la vitalidad de nuestra región llena de historia y rica en futuro.
Bendigamos a Dios por la radio, la televisión y los periódicos de nuestra tierra, con los que nos comunicamos y podemos darnos a conocer en el mundo.
Bendigamos al Señor por nuestra cultura, con sus manifestaciones artísticas, las danzas, los cantos y la poesía que son canciones del alma tachirense.
Bendigamos a Dios por las cerámicas de Lomas Bajas, las artesanías de nuestros pueblos y los deliciosos platos de nuestras mesas.
Bendigamos al Señor por el fútbol que corre como la sangre por las venas de nuestra gente, el ciclismo que nos apasiona y los demás deportes y juegos que fortalecen nuestro cuerpo y nuestro espíritu.
Bendigamos a Dios por las calles empedradas de San Pedro del Río, Peribeca y Rio Chiquito, que reciben con cariño a tantos turistas.
Bendigamos a Dios por el empuje de la gente de Coloncito, Umuquena, La Palmita y La Tendida.
Bendigamos al Señor por las montañas de San Simón y los paisajes de Hernández donde se recrea la vista de todos.
Bendigamos a Dios por Cordero, Monte Carmelo, La Auyamala y Mesa de Aura, con sus flores llenas de hermosura.
Bendigamos al Dios Padre quien nos hace hermanos, que en Jesús nos libera y, por el Espíritu Santo nos santifica.
Bendigamos a Dios con nuestras obras, con nuestras palabras y todo nuestro ser, por los siglos de los siglos. Amén.